Basta

Ella dejó de acostumbrarse. Dejó de pensar que su vida era solo eso, dejó de pensar que había hecho algo malo y dejó de pensar que el mundo la castigaba cada día a ese infierno. Después de todo, no lo iba a vivir dos veces, ¿no? Se cansó de la misma rutina, del mismo hombre, del mismo sexo insatisfactorio y sin sentimiento, de salir a la calle acompañada, de vestir a juego, de los domingos de “postureo” frente a la cruz, de las conversaciones vacías sobre el tiempo…

Se quitó las telarañas y salió a la calle, se liberó del qué dirán, de las miradas, de los pensamientos. Empezó con su mente y siguió con su cuerpo. Descubrió la belleza de la vida en las pequeñas cosas y en esos pequeños placeres que le habían sido vetados hasta entonces. Descubrió que le hacía feliz pintar y pintó su vida de color verde y abrazó para siempre la esperanza del mañana.

0 Response to "Basta"

Publicar un comentario