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Se quitó las telarañas y salió a la calle, se liberó del qué dirán, de las miradas, de los pensamientos. Empezó con su mente y siguió con su cuerpo. Descubrió la belleza de la vida en las pequeñas cosas y en esos pequeños placeres que le habían sido vetados hasta entonces. Descubrió que le hacía feliz pintar y pintó su vida de color verde y abrazó para siempre la esperanza del mañana.
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Que lo que yo creía que era mi mayor sueño solo es lo que otros querían que yo pensara…
Esta vez el personaje se revela contra su escritor y narra su propia historia, no empezará con “érase una vez…” y mucho menos acabará con “…y fueron felices y comieron perdices”. No prometo ni grandes historias de amor ni tampoco aventuras vibrantes que no dejen dormir, solo prometo una vida que será vivida al gusto del consumidor, una vida en la que cada segundo cuente, hasta el final; en la que cada momento sea considerado un “regalo” de esos que no puedes descambiar, suerte si te gusta, pero que tendrás que aprender a querer si no te gusta.
La vida, amigos, eso que no pediste, pero que sin embargo te niegas a devolver.
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“No sé muy bien como he llegado aquí, siempre me han dicho que era un sueño bastante imposible, pero nunca me lo han prohibido. Solo quiero dar las gracias a la persona que creo que instauró en mí el gusano del cine, creo que nunca lo llegó a saber, pero espero que se sienta muy orgulloso de mí. Recuerdo horas muertas frente al televisor viendo series y películas clásicas, las “grandes” producciones españolas de Cine de Barrio… La verdad que solo le cuerdo a él y a mí con los ojos como platos frente al televisor. Desde aquí le doy las gracias y le digo que siempre le llevo conmigo, que le quiero y que ha sido una de las personas más importantes en mi vida. Que en los peores y más duros momentos solo recuerdo sus frases y que gracias a él estoy consiguiendo todo lo que siempre he querido… GRACIAS”.
(Mi discurso sería algo así… Claro que habría que limarlo en muchos aspectos, pero básicamente me saldría un GRACIAS, porque una única persona puede trastocar todo tu mundo).
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Cuando alguien te decepciona no puedes volver a mirarle de la misma manera que lo hacías.
Es como si fueras el único que se ha fijado en una gran verruga que le ha salido en medio de la cara. Ahora cada vez que te encuentras con esa persona o evitas mirarla directamente a la cara o cuando lo haces no puedes evitar esa mueca de asco que nos sale natural cuando algo nos desagrada.
Es como la típica rotura de cristal que ocurre cuando alguien te habla de un defecto o manía de una persona de la que tú no te habías percatado. En ese momento es cuando piensas “mierda, nunca más podré mirarla igual”.
Decepcionar a una persona es la rotura de la confianza. Nunca más volverás a confiar 100% en lo que te tenga que decir, nunca más podrás reírte con ella de la forma que lo hacías…
Que mierda la decepción, ojala me pudiera ahorrar este mal trago…
desilusión, engaño, desconfianza...
Aquí va mi reflexión:
Nos cuesta tanto por el sentimiento de catastrofismo intrínseco al ser humano. Siempre y repito siempre pensamos que esa puede ser la última vez. Y en cierta manera está bien, pues nos deja mostrar nuestros sentimientos más puros y abiertamente. En estas situaciones no nos ponemos trabas de ningún tipo y rompemos a llorar sin importarnos quien nos pueda ver.
Apoyo los lloros claro que sí, no es que sean de mi agrado, pero coño y lo bien que te quedas después con los ojos rojos y rodeada de un batallón de pañuelos de papel… ¿?
Si lloramos eso quiere decir que lo que hemos pasado con esas personas y lugares es realmente estupendo, jodidamente estupendo…
Entonces, ¿por qué pensar que no se va a repetir?
Si no se repite es que la persona no merecía tanto la pena como pensabas y…
¿Por qué preocuparse si sabes que se va a repetir?
Y por favor que no oiga a nadie que odia las despedidas, porque si dice eso es que no sabe lo que es no poder despedirse de alguien. Eso sí que no se lo deseo a nadie…
PD: sabed que los mejores momentos siempre tienen un eco, siempre se repiten…
Puede que no con las mismas personas, pero sin duda cuando te estén pasando, te acordarás sin quererlo de esas con las que empezó todo =)
Y eso es lo que nos hace grandes, el recuerdo de haber tenido a personas maravillosas en nuestra vida aunque solo haya sido por un ratito (y el saber que con la mayoría vas a estar en contacto toda tu vida).
Para vosotras tochas/os.
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